Controles de IT: salvaguarda para la entidad |
Entre
la segunda mitad del siglo XVIII y principios del XIX, el mundo se
enfrentaba al mayor conjunto de transformaciones socioeconómicas,
tecnológicas y culturales en la historia de la humanidad desde el
Neolítico, a través de lo que conocemos como el fenómeno de la
revolución industrial. Desde entonces, los efectos de este
período histórico han continuado haciendo eco en todas las diferentes
fases de de la modernidad, incluso hasta nuestros días.
En la época actual, las economías a nivel mundial y, por ende,
las sociedades, enfrentan un fenómeno igual de impactante que la
revolución industrial, llamado “globalización”. Su principio fundamental
es que ya no existen fronteras que limiten el dinamismo de los negocios
y el incremento masivo del flujo internacional en el capital. Esto, sin
duda alguna, ha desembocado en una contundente producción de efectos
que se particularizan según cada país, pero que siguen los mismos
lineamientos, entre los cuales se mencionan algunos:
De
todos los aspectos mencionados anteriormente, ninguno se destaca tanto
como el principal catalizador de mayor impacto en términos de cambios
como lo es el desarrollo de nuevas tecnologías, particularmente en la
última década, en que se ha cultivado el terreno para el crecimiento de
una nueva filosofía de mercado llamado “economía de conocimientos”, en
donde el activo troncal de las empresas del siglo XXI es la información
del negocio (por ejemplo, estados de cuenta, financieros, archivos de
maestro de inventarios, de proveedores, etc.). Es decir, todo el esquema
electrónico de los componentes que dan vida a la operativa de la
empresa.
Es en virtud de este
activo intangible, pero de vital importancia, que las compañías
invierten recursos económicos en la adquisición de plataformas
tecnológicas que les faciliten la administración de su información:
sistemas operativos, motores de bases de datos, sistemas de información
administrativa y de negocios, equipos de hardware y redes de
comunicaciones, todo esto para solventar la razón misma del negocio,
generar utilidades y valor de forma competitiva.
No
obstante, existen aspectos que muchas de las organizaciones no están
tomando en consideración en el creciente proceso del uso de la
tecnología para los negocios y que podría llegar a poner en situación de
riesgo a la empresa en sí. Entre estos, el más importante es la
ausencia de controles efectivos que apoyen a los objetivos del negocio
desde la perspectiva del uso de los sistemas de información,
administración de bases de datos y equipos de cómputo.
Solo
en 2008, de un total de 100 instituciones financieras encuestadas a
nivel global, el 31% indicó que el acceso excesivo a los sistemas es el
hallazgo de auditoría más común, seguido por el cumplimiento con
procedimientos de control de acceso (30%) y segregación de funciones
(30%). Este es un reflejo directo de las preocupaciones de las
organizaciones con la administración de las identidades y accesos,
cumplimiento y protección de fuga de datos (Deloitte, 6ta Encuesta Anual
de Seguridad Global Protegiendo lo importante 2008).
Los
riesgos que significan este tipo de debilidades en la administración de
las tecnologías en los diferentes tipos de giros de negocio tienen un
alto grado de implicancia negativa. Imaginemos que todos los usuarios de
un área de negocio determinada puedan acceder a datos altamente
sensibles como la cartera de clientes de un banco o que funcionarios del
área de tecnología puedan manipular indiscretamente el maestro de
proveedores de una empresa distribuidora de productos de consumos.
Los
sistemas de información se han compenetrado tanto en las actividades de
las entidades, como herramientas administrativas, financieras y de
negocios, que es razonable implementar controles como parte
indispensable de una adecuada planeación estratégica, valorándose:
Finalmente,
no debe perderse de vista que la competitividad de toda entidad que
utiliza tecnología de la información hoy tiene estrecha relación entre
los controles internos para mitigar los riesgos de sus plataformas de
sistemas y el uso razonable de los recursos de IT, de forma tal que se
apoye a la generación de utilidades y creación de valor en proceso
natural de comercialización de su imagen, sus productos o servicios ante clientes y acreedores externos.
Jorge Lowery Fuente: www.revistaitnow.com |
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